Cuando uses gotas para los ojos, a menudo se recomienda que presiones suavemente con el dedo sobre los conductos lagrimales (específicamente en el ángulo interno del ojo, cerca de la nariz) después de aplicar la gota. Esto se llama oclusión nasolagrimal (de las palabras latinas para nariz, lágrimas y obstrucción).
Hay varias ventajas de hacer esto.
Prevenir que las gotas se escapen: Al presionar suavemente los conductos lagrimales, ayudas a prevenir que las gotas se escapen del ojo a través de los conductos lagrimales hacia la nariz y la garganta. Esto permite que más medicación permanezca en la superficie del ojo, donde se necesita.
Aumentar la efectividad: Al mantener las gotas en la superficie del ojo por más tiempo, la medicación puede absorberse mejor y, por lo tanto, aumentar su efectividad.
Reducir los efectos secundarios: Algunas gotas para los ojos, cuando se escapan hacia la nariz y la garganta (lo cual también puede ser incómodo), pueden entrar en el torrente sanguíneo y aumentar el riesgo de efectos secundarios. Presionar los conductos lagrimales reduce la cantidad de medicación que entra en otros partes del cuerpo.
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